Bondad y severidad de Dios
Romanos 11:22-24: 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Dios si permaneces en su bondad; de lo contrario también tú serás cortado. 23 Y también ellos, si no permanecen en su incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. 24 Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
El olivo es bastante común en Israel. Convertir un olivo
silvestre en un árbol cultivado se realiza mediante el injerto de ramas sanas
de olivos silvestres. Sin embargo, nótese que Pablo invirtió este proceso para
ilustrar cómo los gentiles (brotes de olivo silvestre) habían sido injertados
en el tronco sano del árbol de Israel (la raíz de olivo). Muchos escépticos han
tomado este pasaje como evidencia de la ignorancia de Pablo con el fin de
manchar su credibilidad. Pero Pablo simplemente estaba usando su libertad
literaria para ilustrar un punto relevante. Sus palabras no delatan una escasez
de datos hortícolas; más bien, muestran cómo él sabía exactamente lo que estaba
diciendo. Después de todo, en el v. 24 incluso dice que injertar brotes
silvestres en el árbol cultivado va "contra lo que es natural".
Pablo simplemente está advirtiendo a los cristianos gentiles
que respeten al pueblo judío entre ellos. Porque fue la religión judía la que
los llevó a la fe en Jesús, el Mesías judío prometido. Además, así como era más
fácil injertar ramas desgajadas de nuevo en su árbol original, que injertar
brotes silvestres en un árbol foráneo, así también sería más fácil que Dios
injerte las ramas desgajadas de los incrédulos judíos de vuelta a la verdadera
fe judía, que para paganos, ex adoradores de ídolos, entender la fe que ahora
aceptaban. El punto es que, si Dios puede tomar un brote de olivo silvestre (es
decir, gentiles) e injertarlo en un olivo cultivado, ¿cuánto más fácil será que
Él injerte las ramas naturales (Israel) de nuevo en su árbol original?
Respuesta: ¡pan comido!
Pablo está exhortando a los cristianos gentiles a considerar
los dos lados de Dios—Su bondad y Su severidad. Él no parece considerar asegurada
desde el lado humano, la salvación de ninguna persona. Después de todo, ellos deben
perseverar hasta el final. Al hacerlo, demostrarían que son verdaderos siervos
de Cristo. Aunque la teología liberal tiende a centrarse simplemente en la
bondad y el amor de Dios hacia todas las personas, incluyendo a aquellos que
simplemente reconocen a Jesús como un gran hombre, cualquier teología ortodoxa
que se valore enfatizará tanto el amor de Dios como Su ira. Fijarse en uno por
encima del otro es un falso equilibrio, y la advertencia de Pablo aquí tiene la
intención de mantener a todos los creyentes humildes y obedientes hasta el fin.
El escenario del fin de los tiempos con respecto a Israel y
los gentiles es claro en la Biblia, aunque complejo. Gran parte de la profesante Iglesia gentil, habiendo sido cortada de su raíz silvestre e injertada en la raíz de
Israel, se apartará de la verdad y será desgajada justo antes de la Tribulación, como lo fue Israel (cf. 2 Tes. 2:1-12; 1 Tim. 4:1; 2 Tim. 3:1-5).
Poco después, Israel—las ramas naturales que fueron desgajadas—será injertado
de nuevo en la raíz santa. Estos descendientes naturales de Abraham se unirán
al resto de los descendientes espirituales de Abraham—el remanente elegido que
incluye a los creyentes gentiles (cf. Efe. 2:11-22)—y en última instancia
cumplirán las promesas que Dios dio a Abraham y a su descendencia a través de
Cristo, en Génesis 12:2-3 (cf. Gál. 3:16).
Algo para reflexionar
Desafortunadamente, muchos cristianos profesos hoy en día
niegan que el destino de Israel pueda ser, y será, revertido. Pero su regreso
al Señor no solo es factible, sino que es seguro. Dios no puede permitir que Su
pueblo escogido y especial, Israel, continúe para siempre en incredulidad.
Pablo, citando a Isaías, dijo con absoluta certeza que "todo Israel será
salvo... El Libertador vendrá de Sión; apartará la impiedad de Jacob. Y este es
mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados" (11:26-27; cf. Isa.
59:20-21). Creer lo contrario es..., ¡llena tú el espacio en blanco!