Si permaneces...
Romanos 11:19-22: 19 Dirás entonces: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. 20 Muy cierto; fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme; 21 porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará. 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Dios si permaneces en su bondad; de lo contrario también tú serás cortado.
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Habiendo advertido a los creyentes gentiles en Roma que se
abstuvieran de una actitud arrogante hacia los judíos incrédulos, Pablo
anticipó la respuesta gentil en el v. 19 que podría tender a reflejar la falsa
noción de que los judíos incrédulos fueron desgajados simplemente para hacer
espacio a los creyentes gentiles. Pero la verdadera razón por la que fueron desgajados
fue debido a su incredulidad. Y la verdadera razón por la que los gentiles
fueron injertados fue debido a su creencia, o fe. Esto debería haber
traído temor a los gentiles, porque si Dios estaba dispuesto a disciplinar a
los descendientes físicos de Abraham de esta manera, entonces los creyentes
gentiles no deberían ser demasiado engreídos acerca de su salvación,
especialmente a la luz del hecho de que muchos de ellos se habían vuelto
arrogantes, incluso antisemitas. Después de todo, fue la arrogancia judía,
basada en la falsa noción de que ser descendientes físicos de Abraham los hacía
amados por Dios, lo que resultó ser su perdición. Pablo advirtió a los
cristianos gentiles, en el v. 20, que no cometieran el mismo error, sino que temieran—que
respetaran a Dios, no que despreciaran a Israel.
La verdad del asunto es que los cristianos "por la fe” se
mantienen “firme". Algunos han definido lo que es ser cristiano de
maneras coloridas, pero en resumidas cuentas es tener fe. No es
diferente para el judío, porque la salvación no tiene nada que ver con la
nacionalidad, la educación, o el estatus socioeconómico de uno. La fe es un don
dado por Dios a Sus elegidos, aquellos a quienes Él atrae a Jesús (Jn. 6:44).
Así que, no hay lugar para la arrogancia. Aquellos que muestran arrogancia
probablemente no tienen fe salvadora. Pablo advirtió a los corintios de una
manera similar: "Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no
sea que caiga" (1 Cor. 10:12). De forma similar, Pablo les dijo a los
efesios: "Recordad, pues, que en otro tiempo vosotros los gentiles en la
carne, llamados incircuncisión por la tal llamada circuncisión, hecha por manos
en la carne, recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos
de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener
esperanza, y sin Dios en el mundo" (Efe. 2:11-12). Si Dios estaba
dispuesto a cortar a los incrédulos en Israel, entonces los falsos creyentes
dentro de la Iglesia ciertamente deberían temer lo mismo.
Es vital notar que este pasaje no está advirtiendo a los
cristianos que en realidad pueden perder su salvación, o que deben orar todos
los días para ser perdonados en caso de que mueran ese día. La iglesia local,
hoy en día, es mayoritariamente gentil, y está llena de herejes y apóstatas que
niegan, entre otras cosas, la autoridad, la inerrancia, y la infalibilidad de
las Escrituras. Muchos incluso rechazan la deidad completa y la humanidad de
Cristo y, sin embargo, se llaman a sí mismos cristianos. Parece claro que las
advertencias de Cristo a las iglesias en Apocalipsis 2-3 revelan que hay todo
tipo de incrédulos en las iglesias de hoy. Algunos fingen creer, mientras que
otros realmente apostatarán de la fe.
En el v. 22, Pablo advierte a todos a notar la
"bondad" (gr. chrēstotēs) y "severidad" (gr. apotomía)
de Dios. El primero se revela en la voluntad de Dios de traer gentiles a la
familia israelita, a través de la fe; el segundo se revela en Su voluntad de desgajar
cualquier rama que no esté firme en la fe. Los que tienen fe salvadora
perseveran y temen—evidencia de una fe salvadora genuina y sincera.
Algo para reflexionar