Sesenta y nueve semanas cumplidas de las setenta

Daniel 9:26: 26 Después de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin vendrá con inundación. Aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están determinadas.

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En el v. 25 la profecía de Daniel dice que habría una orden para restaurar y reconstruir Jerusalén.  Daniel escribió la profecía en el año 539 a. C., y la orden que profetizó que ocurriría, de hecho salió en el año 444 a. C.  El v. 25 también dice que al final de siete semanas y 62 semanas (69 semanas) vendría el Mesías.  Ese Mesías era Jesucristo, como lo demuestra el hecho de que Él sí vino al final de las 69 semanas—¡sin mencionar el hecho de que Él era de la línea de Judá y de David, murió por pecados, y resucitó después de estar tres días en la tumba!

El v. 26 comienza en el tiempo inmediatamente después de las 69 semanas, y se profetiza que el Mesías será "muerto y no tendrá nada".  Por supuesto, esto es una referencia a la muerte del Mesías y al hecho de que Su reino terrenal no sería establecido.  Ese Reino llegará en Su segunda venida.  Jesús, una semana después de Su entrada triunfal en Jerusalén (Marcos 11), a través de lo cual se cumplieron las primeras 69 semanas, fue "muerto" en la cruz.

El Dr. Harold Hoehner en su libro Los aspectos cronológicos de la vida de Cristo, ha determinado que Cristo realmente murió el viernes, 3 de abril del año 33 d. C.  Esta fecha se concluye a partir de la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24-26.  El año solar (365 días) multiplicado por 69 sietes es igual a 483 años.  Al restar esto del 444 a. C. (fecha del decreto de Artajerjes para reconstruir Jerusalén), la fecha se sitúa en el año 38 d. C.—cinco años demasiado tarde de la fecha del año 33 d. C. ya propuesta.  Sin embargo, usando el año de 360 días, el que usaban los judíos, funciona.  Su calendario también era utilizado por la antigua India, Babilonia, Persia, Asiria, Egipto, Centro/Sur América, y China en la antigüedad.  Un año en aquella época se contabilizaba comúnmente como 360 días.  El Apóstol Juan, en Apocalipsis 12:14, habla de "tiempo, tiempos y medio tiempo" (3½ años), y de lo mismo en Apocalipsis 11:2-3, pero llama al período de tiempo "cuarenta y dos meses" en el v. 2, y 1260 días en el v. 3.  Cuarenta y dos meses, con meses de 30 días, se traducen en 1260 días, equivalentes a 3½ años—"tiempo, tiempos y medio tiempo".  Comparando Génesis 7:11 con Génesis 8:3-4, hay cinco meses con un total de 150 días—meses considerados de 30 días cada uno.

Entonces, usando el año de 360 días, y el viernes, 3 de abril del año 33 d. C. como el día en que Cristo murió, todo lo que se necesita hacer es contar hacia atrás para ver si Jesucristo fue el Mesías que Daniel describió.  Con el 444 a. C. como año en que salió el decreto (y sin saber el día exacto), está claro que no pudo haber salido antes del primero de ese año, que fue el 1 de Nisán (5 de marzo).  Primero, hay que multiplicar 360 x 483 años, y eso da un total de 173880 días.  Ahora, tomando este número y contando hacia atrás desde el 3 de abril del año 33 d. C., la fecha llega al año 444 a. C.—el año del decreto de Artajerjes para reconstruir Jerusalén.  Determinar en qué día Artajerjes hizo este decreto, esto se hace solo después de convertir el año de 360 días al año de 365 días.

Al convertir esto a nuestro año de 365 días, obtendríamos solo 476 años, siete años menos que los 483 años indicados en la profecía.  Ahora bien, dado que un año es exactamente 365.24219879 días, por eso tenemos un año bisiesto cada cuatro años.  Por lo tanto, ahora tomamos nuestros 476 años y sumamos los días de años bisiestos que ocurrieron.  Hubo 119 de ellos desde el 444 a. C. hasta el 33 d. C.  Entonces multiplicamos 476 x 365.242, lo cual da un total de 173855 días.  Ahora hay 25 días a ser tomados en cuenta entre el 444 a. C. y el 33 d. C., para llegar a los 173880 días que obtuvimos al multiplicar 483 por los 360 días del año judío.  Si sumamos los 25 días al 5 de marzo partiendo de la fecha en el 444 a. C., llegamos al 30 de marzo del año 33 d. C., el día de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, profetizada por Zacarías en 9:9—una semana antes de que Él fuera ejecutado, una semana antes de que el Mesías fuera "muerto".  ¡Jesús es el Mesías!