¿Planeando para el futuro?

Romanos 15:22-27: 22 Por esta razón muchas veces me he visto impedido de ir a vosotros, 23 pero ahora, no quedando ya más lugares para mí en estas regiones, y puesto que por muchos años he tenido un gran deseo de ir a vosotros, 24 cuando vaya a España iré a vosotros. Porque espero veros al pasar y que me ayudéis a continuar hacia allá, después de que haya disfrutado un poco de vuestra compañía. 25 Pero ahora voy a Jerusalén para el servicio de los santos, 26 pues Macedonia y Acaya han tenido a bien hacer una colecta para los pobres de entre los santos que están en Jerusalén. 27 Sí, tuvieron a bien hacerlo, y a la verdad que están en deuda con ellos. Porque si los gentiles han participado de sus bienes espirituales, también están obligados a servir a los santos en los bienes materiales.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 

Pablo obviamente tenía un plan previo para ir a Roma (v. 22), la capital del mundo en ese momento, y el lugar donde una iglesia se había formado al margen de su obra (cf. Hch. 2:10). Pero dado que estaba predicando el evangelio donde nunca se había predicado (15:20-21) mientras sentaba las bases para la plantación de nuevas iglesias, su visita a Roma no era una prioridad. De hecho, se había "visto impedido", o dificultado, ir allí. El tiempo imperfecto del verbo indica un impedimento continuo, y la voz pasiva del verbo indica que la causa provenía de lo externo, es decir, de Dios (cf. Hch. 16:7). Así es en el ministerio. Hay muchas cosas que los ministros podrían hacer y desearían hacer, pero para llevar a cabo con éxito las tareas que Dios les ha dado, Dios a menudo les impide hacer cualquier otra cosa, incluso participar en otros ministerios a veces.

Una vez cumplidas las tareas principales de Pablo—habiendo predicado a Cristo desde Jerusalén hasta Ilírico (15:19), había llegado a un punto en el que podía viajar a Roma (v. 24), pero no para retirarse. Pablo veía a Roma como un punto intermedio entre Antioquía de Siria (su iglesia base) y España, donde esperaba evangelizar. España era un importante centro de comercio y cultura, y con el deseo de Pablo de predicar a Cristo donde nadie más lo había hecho, España era la elección lógica—en el borde del imperio. Más tarde, Clemente (alrededor del año 96 d. C.) habló de la fama de Pablo diciendo: "A todo el mundo le enseñó justicia, y llegando hasta los confines del Oeste dio su testimonio delante de gobernantes".

Mientras escribía desde Corinto, habría sido muy fácil para Pablo viajar hacia el oeste, a Roma. Estaba a solo 500 millas de distancia. Pero él tenía un compromiso previo de viajar de regreso a Jerusalén con una "colecta" (gr. koinonía) a la iglesia con dificultades allí. Colecta, o "comunión", en este contexto se refiere a compartir dinero. En ese tiempo, alrededor del año 57 d. C., la iglesia de Jerusalén estaba sufriendo no solo una gran persecución, sino también una gran pobreza debido a una hambruna reciente. Mientras la iglesia continuaba creciendo, las condiciones solo empeoraban, lo que llevó a Pablo a tomar una ofrenda entre los gentiles para la iglesia madre en Jerusalén. Al escribir sobre esto en su segunda carta a Corinto, se regocijó en la generosidad de las iglesias de Macedonia: "en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aun más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad, suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos" (2 Cor. 8:2-4). Puesto que "la salvación viene de los judíos" (Jn. 4:22), entonces los gentiles que han llegado a participar en ello "también están obligados a servir a los santos en los bienes materiales" (v. 27).

Algo para reflexionar

Pablo nunca tomó el camino fácil. Queriendo viajar a Roma, todo lo que tenía que hacer era ir al oeste a unas 500 millas de Corinto. Pero sus prioridades dictaban que fuera 700 millas al este hasta Jerusalén, y luego las 1300 millas de regreso a Roma, y luego a España. Por lo tanto, él no permitiría que sus planes ministeriales futuros causaran que su ministerio actual se viera afectado. Ten esto en cuenta la próxima vez que quieras retirarte del ministerio para tus propios fines, o retirarte antes de tiempo. Mantén el rumbo y termina la carrera. Es posible que todavía quede algo en tu tanque proverbial. ¡Vacíalo antes de morir!