Salmo 91:14-16 --- Las promesas eternas de Dios

Salmo 91:14-16: 14 Porque en mí ha puesto su amor, yo entonces lo libraré; lo exaltaré, porque ha conocido mi nombre. 15 Me invocará, y le responderé; yo estaré con él en la angustia; lo rescataré y lo honraré; 16 lo saciaré de larga vida, y le haré ver mi salvación.

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Aunque el Salmo 91 comenzó con el salmista hablando y enseñando sobre la protección de Dios, aquí en los vv. 14-16 es Dios quien habla—al que el salmista se refirió anteriormente como Elyon, Shaddai, Yahweh, y Elohim. Esto no es nada nuevo en los Salmos, sino que ocurre en otros lugares (cf. 60:6-8; 81:6-16; 95:8-11). Por lo tanto, Dios confirma lo que el salmista ha escrito con algunas promesas.

Primero, Dios promete liberación a aquellos que lo aman y confían en Él (14a). Tal liberación no se promete desde una perspectiva física, aunque en numerosas ocasiones Dios protege a los Suyos físicamente. La promesa es la de la liberación definitiva y eterna en la presencia física de Dios.

En segundo lugar, Dios promete "exaltar" (heb. sagab) a aquellos que han "conocido" (heb. yada) Su nombre (14b). Conocer a Dios en el Salmo 91 como el Altísimo (Elyon), como Omnipotente (Shaddai), como Señor (Yahweh), y como Dios (Elohim), es entender que no hay dios más alto que Él, ni dios más poderoso, ni dios que exista eternamente, ni dios que cree y sostenga como el único Dios (cf. Deut. 6:4). "Conocerlo" no es simplemente saber que existe, es amarlo intrínsecamente.

En tercer lugar, Dios promete responder a aquellos que lo invocan, consolándolos en un tiempo de angustia, rescatándolos, e incluso honrándolos (15). Lamentablemente, la mayoría de las veces es cierto para la humanidad que no buscamos a Dios cuando los tiempos son buenos. La búsqueda de Dios parece ocurrir principalmente cuando estamos en la "angustia" o necesitamos "rescate" de alguna situación difícil, ya sea que hayamos caído en ella debido al pecado, o porque Dios nos puso en esa posición. De cualquier manera, Dios promete escuchar nuestras oraciones a Él. A veces, la respuesta de Dios es clara, pero no siempre. Otras veces, Dios simplemente está con nosotros durante nuestra oscuridad. Otras veces, Dios de plano nos rescata y nos honra. Pero una cosa está clara: Dios siempre está con nosotros, escuchando nuestras oraciones en todas y cada una de las circunstancias.

En cuarto lugar, Dios promete saciar de "larga vida" a quienes lo aman, prometiendo dejar que esa persona vea la salvación de Dios (16). Aunque la bendición de una larga vida se promete a los justos en el Antiguo Testamento (cf. Deut. 30:20; Sal. 21:4; 23:6; Prov. 3:2, 16), específicamente a aquellos que obedecen a sus padres (Éxodo 20:12), la promesa no apunta necesariamente hacia la vejez, ya que muchos que son justos viven solo una vida corta (por ejemplo, Abel, Enoc, Juan el Bautista, et al.). Lo que Dios tiene en mente debe estar más en línea con una vida completa, una vida vivida a plenitud. En última instancia, Dios promete vida en el cielo con Él a aquellos que realmente lo aman—por la eternidad.

El punto tiene que ser señalado una y otra vez con respecto al Salmo 91 de que estas promesas de Dios no son necesariamente promesas físicas que nosotros, como cristianos, podamos afirmar. Además, estas promesas no son para todos, solo para aquellos que aman a Dios y confían en Él—aquellos que moran a la sombra del Omnipotente, que habitan al abrigo del Altísimo (v. 1). Aquellos que siempre parece irles mal, sintiéndose deprimidos y ansiosos, generalmente no son aquellos que aman y confían en Dios. Aquellos que se atrincheran en el mundo que los rodea, que se preocupan por la vida y la muerte, que se inquietan por las finanzas—estos son los que se pierden las bendiciones de Dios en este lado de la eternidad, y quizás también en el otro lado.

Algo para reflexionar

Pregúntate: ¿Amas a Dios por medio de la fe en Jesucristo? ¿Es Jesús tu Señor a quien te sometes, o es solo tu Salvador tipo póliza de seguro contra incendios para cuando mueras mantenerte fuera del infierno? Las bendiciones de Dios son para Su pueblo, y Su pueblo lo ama y confía en Él. ¿Ese eres tú?