Hebreos 2:1 --- ¿Desviándote de tu fe?
Hebreos 2:1 Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos.
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Jesús dejó
muy claro que aquellos que vienen a Él con fe nunca serán expulsados (Jn.
6:37, 39). Las ovejas de Cristo (los que confían en Él) oyen Su voz, y
nadie las arrebatará de Sus manos (Jn.
10:28). Ellos están seguros en su fe con la plena seguridad de que le
pertenecen a Él. Claramente, a los creyentes se les promete vida eterna a
través de la fe en Cristo (1
Jn. 2:25).
Ahora
bien, es posible afirmar tener fe en Cristo y sin embargo no tener fe
salvadora. Lamentablemente, se predican versiones erróneas de Jesús en todo el
mundo. Muchos reciben a un falso Cristo y van por ahí llamándose cristianos.
Pero sin una verdadera fe salvadora en el verdadero Cristo de las Escrituras,
estos pseudo-creyentes se apartarán. Por lo general, sucede cuando las pruebas
de la vida se vuelven demasiado difíciles de manejar, cuando la persecución
obstaculiza el estilo de vida de uno. Es entonces cuando el pseudo-Cristo en el
que confiaban estos pseudo-creyentes queda expuesto como lo que es: un falso
Cristo, una versión equivocada de Jesús. El Apóstol Juan advirtió sobre tales
apóstatas (aquellos que "se apartan"). Él escribió: "Salieron de
nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de
nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se
manifestara que no todos son de nosotros" (1 Jn. 2:19).
Jesús
habló de tales personas en Sus parábolas. Primero, advirtió sobre aquellos que
escuchan el evangelio y responden positivamente, aparentemente recibiendo a
Cristo con gran gozo (Mc.
4:1-20). Pero Jesús dejó en claro que no todos los que lo reciben son
fieles en su fe, porque se desvían y terminan haciendo naufragar su fe. En
segundo lugar, Jesús advirtió sobre aquellos en la iglesia que se parecen y
actúan como cristianos, pero que en realidad son hijos del diablo (Mt.
13:24-30, 36-43). Aunque son prácticamente indistinguibles de los
verdaderos hijos de Dios, al final serán expuestos y juzgados.
El autor
de Hebreos estaba principalmente enfocado en aquellos que afirmaban conocer y
amar a Jesús, pero que estaban indecisos, o se tambaleaban al borde de querer abandonarlo
y volver al estilo de vida legalista en su forma de vida anterior en el
judaísmo. En Hebreos 6:7-8 el escritor dice: "Porque la tierra que bebe la
lluvia que con frecuencia cae sobre ella y produce vegetación útil a aquellos
por los cuales es cultivada, recibe bendición de Dios; pero si produce espinos
y abrojos no vale nada, está próxima a ser maldecida, y termina por ser quemada".
Su punto es que los falsos creyentes son expuestos por lo que realmente son a
través de una falta de crecimiento, una falta de madurez en Cristo. Ahora, esto
ciertamente puede ocurrir todo de una vez cuando alguien dice: "¡He
terminado con Jesucristo!" Pero también puede ocurrir lentamente, a través
de una lenta deriva, o desviarse, de la fe cristiana. Esto parece ser lo que le
estaba sucediendo a la audiencia a la que se dirigía el escritor de Hebreos.
¿El remedio? Prestar mayor atención a Cristo.
Algo
para reflexionar
Quizás la
forma más reveladora en que los creyentes profesantes se exponen a sí mismos
como fraudes es a través de una disminución constante de la asistencia a la
iglesia, la decisión de dejar de dar financieramente, y el descubrir que ya no
tienen tiempo para leer las Escrituras. Nada dramático, solo un lento desviarse/alejamiento
de las disciplinas espirituales. La vida se vuelve ajetreada, los sermones se
vuelven aburridos, y los deseos financieros terminan tomando el lugar de las
inversiones eternas. ¡Oh, qué importante es asistir a una iglesia que te
desafía—aprender
doctrina, invertir para la eternidad, y adorar a nuestro amoroso Cristo! Sin
una buena iglesia que nos desafíe, todos podríamos desviarnos/alejarnos. ¿Y tú?
¿Quizás te has familiarizado demasiado con la Biblia y te has aburrido? ¿Quizás
las pruebas de la vida te han amargado y han hecho que tu amor se enfríe?
¿Quizás te has vuelto demasiado ocupado para importarte adorar a Jesucristo? ¿O
tal vez tu salud se ha deteriorado hasta el punto de que no puedes pensar en
nada ni en nadie más que en ti mismo? Presta atención, y renueva tu fe hoy. No dejes
a ti mismo desviarte tan lejos que tu fe quede expuesta como fraudulenta. Lee Mateo
7:21-23 y está advertido.