Hebreos 3:2-4 ― Jesús es superior a Moisés
Hebreos 3:2-4 ― 2 [Jesús] fue fiel al que le designó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. 3 Porque Él ha sido considerado digno de más gloria que Moisés, así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa. 4 Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios.
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Al defender el mandamiento de "considerar
a Jesús" en Hebreos
3:1, el autor expone por qué uno debe considerarlo como "el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe". La
audiencia judía a la que se dirigía se había cansado de la persecución que
estaban sufriendo por haber abandonado el judaísmo en favor del cristianismo. Por
ende, el escritor intentaba convencerlos de la inutilidad de volver al judaísmo
como un posible refugio seguro. A la luz de la fuerte posibilidad de que estos
cristianos judíos estaban siendo rechazados por sus familias, se les prohibía
entrar en las sinagogas, se les ridiculizaba por su fe, y bajo la amenaza
potencial de muerte, tiene sentido que el autor se tome el tiempo para defender
a Jesús por encima y contra Moisés—el hombre más venerado de todo el judaísmo.
Jesús, como Moisés, fue "fiel al que le designó".
Moisés fue designado por Dios para liberar a Israel de la esclavitud egipcia (Éxodo
3). Siendo fiel a la tarea, Moisés se convirtió en el líder más grande que
Israel haya conocido, rivalizado solo por el rey David. Aunque Moisés se
resistió a Dios en el principio, él se sometió y sirvió fielmente. Entregó la
Ley de Dios a Israel—la Ley promulgada por los ángeles (Gál.
3:19), y gobernó a Israel durante 40 años. Dado que todos los judíos sabían
esto, el escritor ahora compara la fidelidad de Jesús con la de Moisés, ¡Jesús
superando a Moisés! Esto es pertinente porque muchos de los cristianos judíos a
los que se dirigía estaban considerando renunciar al mismísimo Profeta que
Moisés les dijo que buscaran (Deut.
18:15)—Jesús. Al hacerlo, se pondrían de nuevo bajo la esclavitud de la Ley
mosaica, una ley que no podían guardar. Sí, Moisés había sido fiel en la
"casa" de Dios (es decir, con el pueblo de Dios), pero también lo
había sido Jesús.
Entonces, ¿cómo había superado Jesús la grandeza de Moisés?
La respuesta está en el v. 3. Jesús es superior a Moisés porque Moisés fue
simplemente un siervo fiel de la casa de Dios—del pueblo de Dios, Israel.
Jesús, sin embargo, ¡es realmente el constructor de la casa! Moisés le sirvió a
lo que Dios hizo, pero Jesús, siendo Dios, hizo la casa misma. Él creó al
pueblo para Sí mismo, muriendo por ellos y convirtiéndose en un hermano para
ellos. Esta es también la razón por la que Jesús es superior a los ángeles. Los
ángeles le sirven al pueblo de Dios (Heb.
1:14), pero el Hijo de Dios es el Creador del pueblo de Dios. Así que los
judíos que tenían un pie en la puerta del cristianismo y un pie fuera, por así
decirlo, corrían el peligro de elegir al inferior en vez que al superior—al
siervo en vez que al Creador. Porque es obvio que el constructor de una casa ha
de recibir más honor como constructor, que el siervo por simplemente servir en
la casa.
El v. 4 explica en términos inequívocos que todas las casas
(es decir, todas las cosas en general) son construidas por alguien en
particular. Pero el constructor de todas las cosas es Dios. Este es un punto
claro y flagrante de que Jesús es Dios, lo que lo hace, sin lugar a dudas, muy
superior a Moisés. Moisés era meramente un hombre, enviado para liberar al
pueblo de Dios de la esclavitud física en Egipto. Sin embargo, Jesús es el Hijo
de Dios, enviado por Dios Padre para liberar a Su pueblo de la esclavitud del
diablo (2:14-15).
Su destino final es el "reposo" (4:3,
9), el reposo salvífico por la redención de Cristo que conduce a la vida
eterna.
Algo para reflexionar
La mayoría de los judíos hoy en día rechazan a Jesús como el
Mesías. Eligen obras en vez que gracia, rituales que creen que agradan a Dios,
a pesar del hecho de que sus Escrituras no les proporcionan ni un mediador
sacerdotal ni un templo para la mediación. Pero este sistema de creencias
falsas no se limita a los judíos. También se encuentra en la Iglesia de hoy y
en sectas—religiones que intentan agradar a Dios con obras aparte de la fe.
Jesús, sin embargo, es superior a las religiones orientadas a obras. Él salva
solo por gracia, aparte de las obras. Elegir a alguien o a algo más, es elegir
un dólar en vez que un millón.