Hebreos 5:5-6 ― Jesús: tanto Sacerdote como Rey
Título: Jesús: tanto Sacerdote como Rey
Fecha: 12 de noviembre de 2025
Autor: Dr. D. Lance Waldie (Pastor ― Iglesia
Bíblica Harvest)
Pasaje bíblico de estudio: Hebreos 5:5-6 ― 5 De la misma manera, Cristo no se glorificó a sí
mismo para hacerse Sumo Sacerdote, sino que lo glorificó el
que le dijo: Hijo mío eres tú, Yo te he engendrado hoy; 6 como
también dice en otro pasaje: Tú eres sacerdote para siempre según
el orden de Melquisedec.
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COMENTARIOS:
Este contexto revela cómo Jesucristo cumplió
con todas las credenciales establecidas en el Antiguo Testamento con respecto
al sumo sacerdote terrenal. Primero, "Cristo no se glorificó a sí mismo
para hacerse Sumo Sacerdote". Jesús mismo dijo en Juan
8:54: "Si yo mismo me glorifico, mi gloria no
es nada; es mi Padre el que me glorifica, de quien vosotros decís: «Él es
nuestro Dios»". Por
lo tanto, Jesús fue constituido por Dios (5:1).
Hebreos 5:5 dice: "De la misma manera,
Cristo no se glorificó a sí mismo para hacerse Sumo Sacerdote, sino que lo
glorificó el que le dijo: Hijo mío eres tú, Yo te he engendrado hoy”. Esta es
una cita del Salmo 2:7, escrita 1000 años antes, y el autor de Hebreos la usa
nuevamente (cf. 1:5)
para referirse a la filiación eterna de Jesús—una referencia a Su oficio real
como Rey. Pero luego, en el v. 6, cita otro Salmo Mesiánico, diciendo: "Tú
eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec" (Sal.
110:4). Por lo tanto, Jesús fue elegido divinamente en la eternidad pasada
para dos oficios: el oficio real definitivo y el oficio sacerdotal definitivo.
Por ende, Él es tanto Sacerdote como Rey.
La cita del autor del Salmo 110:4 en el v. 6
con respecto al oficio sacerdotal de Jesús habría sido una declaración
sorprendente para sus oyentes judíos. ¿Por qué? Habiendo citado previamente el Salmo
110:1 en 1:13,
y aplicándolo a Jesús de Nazaret como el Hijo de Dios sentado a la diestra de
Dios Padre, Hebreos 5:6 es la primera vez que Jesús era identificado con el
enigmático sacerdocio de Melquisedec. R. Kent Hughes dice: "No solo eso,
sino que el Salmo 110:4 ahora se convierte en el texto temático virtual del
corazón de la carta a los Hebreos (ese texto se cita tres veces, en 5:6; 7:17,
21; y hay ocho alusiones adicionales a él en los capítulos 5 y 6). Es
especialmente importante darse cuenta aquí de que Melquisedec, según Génesis
14, era tanto rey de Salem como sacerdote del Dios Altísimo (Gén.
14:18; Heb. 7:1)".
El propio Melquisedec es explicado más adelante
en Hebreos 7, pero para comprender el motivo del autor aquí en Hebreos 5,
también se debe decir algo aquí. Melquisedec vivió durante la época de Abraham,
alrededor del año 2000 a. C. (Génesis
14), y fue rey y sacerdote de Salem (actual Jerusalén). Su sacerdocio no
solo precedió a los sacerdotes levitas, que llegaron 600 años después, sino que
su sacerdocio era sin fin. Mientras que el sacerdocio levítico comenzó con
Aarón (alrededor de 1450 a. C.) y terminó en el año 70 d. C. cuando Jerusalén
fue destruida, el sacerdocio de Melquisedec nunca terminó. Por lo tanto, era
superior al sacerdocio de Aarón, no solo en la duración de su cargo, sino
también en el hecho de que no solo era sacerdote sino rey; Aarón era
simplemente un sacerdote.
Así que la verdad que se le da a todo lector de
la Epístola a los Hebreos es que Jesús de Nazaret, nacido de una virgen como
Dios encarnado, es tanto nuestro Rey eterno como nuestro Sacerdote eterno.
¿Cómo ocurrió esto? Dios Padre lo constituyó así; no era un oficio buscado por
Jesús. Como hombre, Jesús nunca consideró ser igual a Dios como algo a qué aferrarse;
más bien, al encarnarse, Jesús tomó la naturaleza misma de un siervo, siendo
hecho a semejanza humana (Flp.
2:6-7). Al ser sumiso a Dios Padre, Dios Hijo glorificó a Su Padre. Como
resultado, el sacerdocio celestial de Jesús es superior al sacerdocio terrenal
de Aarón. El de Aarón fue temporal y luego expiró cuando el templo fue
destruido y el linaje de Leví se perdió. Sin embargo, Jesús, cuyo sacerdocio es
eterno en la línea de Melquisedec, sigue siendo el Sacerdote de todos los
creyentes por toda la eternidad. ¡Y Rey también!
Algo para reflexionar
Jesús es Rey en el sentido de que nos
inclinamos ante Él como Señor y Salvador. Él es nuestro Sacerdote en el sentido
de que Él media entre nosotros y Dios. Celebramos a nuestro Sacerdote-Rey por
lo que Él es, y por lo que Él hizo y hace, concretamente, interceder por
nosotros diariamente a la diestra de Dios Padre (Rom.
8:34).