Hebreos 6:4-6 ― Estate alerta ante falsos cristianos

Título: Estate alerta ante falsos cristianos

Fecha: 26 de noviembre de 2025

Autor: Dr. D. Lance Waldie (Pastor ― Iglesia Bíblica Harvest)

Pasaje bíblico de estudio:  Hebreos 6:4-6 ― 4…los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a la ignominia pública.

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COMENTARIOS:

Desde el día en que comenzó la Iglesia hace casi 2000 años, ha habido falsos creyentes que entran y salen de la Iglesia de Cristo. Algunos parecen creyentes por al menos cuatro razones. Primero, fueron una vez "iluminados". Les predicaron el evangelio, y se iluminaron con la verdad de Jesús de Nazaret como el prometido Mesías judío, o Cristo. Sin embargo, no se dice que esta verdad haya salvado a estas personas, solo que las haya iluminado. Muchos entienden que Jesús es el Cristo, sin embargo, no son salvos. El propio Satanás es así.

La segunda cualidad que algunos en la iglesia poseen es que "probaron del don celestial". Este don, por supuesto, es Cristo mismo, el Pan de Vida (Jn. 6:35). Al igual que los israelitas en el desierto que comieron el pan, o maná, del cielo durante 40 años, pero que aun así se negaron a creer (3:7-11), así también son algunos que meramente prueban la bondad de Dios, que una vez se deleitaron en ella, pero que pierden el apetito por la verdad. Éstos nunca se alimentan de la verdad, sino como alguien que solo prueba la comida, ellos probaron a Cristo pero le rechazaron. Judas Iscariote fue uno de ellos, al igual que el falso profeta Balaam (Judas 11). Pero a pesar de lo que sabían sobre Dios, se apartaron/cayeron.

En tercer lugar, hay algunos que "fueron hechos partícipes del Espíritu Santo". Aquí se observa que no se dice que hayan sido regenerados (Tito 3:5), bautizados (1 Cor. 12:13), o sellados por el Espíritu (Efe. 1:13-14), sino solo "partícipes", o que comparten, del Espíritu. Ellos no poseían al Espíritu en el sentido de que Él los habitaba (Rom. 8:9-11). Quizá habían estado cooperando con otros cristianos en las tareas comunes del ministerio en la iglesia. A pesar de ello, no retuvieron “firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad" (Heb. 3:14).

En cuarto lugar, se indica que estas personas "gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero”. El malvado Herodes Antipas disfrutaba escuchando predicar a Juan el Bautista (Mc. 6:20). ¡Y aun así, después lo mató! De igual manera, Jesús contó una parábola sobre aquellos que recibieron la palabra de Dios con gozo en el corazón, pero luego caen (Mc. 4:16-17). Estos también solo saborean la palabra de Dios sin comerla, digerirla, y llenarse. No se alimentan de ella.

Para quienes encajan en este perfil, personas impulsivas que rechazan a Cristo y apostatan, es "imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento”. En otras palabras, nadie puede participar en la obra de Dios en sus vidas previo a la salvación, y luego elegir rechazar a Jesús como el Mesías. Hacerlo pondría a Jesucristo a la ignominia/vergüenza pública. Alguien que haría eso realmente participaría con quienes crucificaron a Jesús, y confirmaría su propia creencia de que Jesús no es el Mesías sino un falso Cristo y engañador digno de muerte. "Imposible" no debe considerarse "difícil" como algunos han propuesto, sino inalcanzable e irrealizable (cf. Heb. 6:18; 10:4; 11:6). Por tanto, la apostasía es un pecado grave, pues en su núcleo implica la incredulidad—el pecado más atroz.

Notar que ninguno de los términos normales para salvación se usa en este pasaje, términos como redimido, justificado, santificado, nacido de nuevo, o perdonado. Esto se debe a que las personas a las que se dirige el autor de Hebreos puede que no fueran verdaderos creyentes. ¡Y el escritor sospechaba eso! Al fin y al cabo, amenazaban con apostatar, con volver al judaísmo. De hecho, todos los apóstatas están en algún momento en la Iglesia, pues de la Iglesia salen los apóstatas (1 Jn. 2:19). A los verdaderos creyentes se les garantiza una redención futura (Efe. 1:13-14); a los falsos creyentes solo se les garantiza que abandonarán la Iglesia. Se les conoce plenamente una vez que se van. Las ovejas de Cristo, en cambio, nunca pueden dejar de ser Sus ovejas. Nadie puede arrebatarlas de las propias manos de Cristo (Jn. 10:28-29). Pueden retroceder y actuar de forma insensata durante un tiempo, pero nunca renunciarán voluntariamente a su fe.