Lucas 1:28 ― La virgen María: una pecadora también

Título: La virgen María: una pecadora también

Fecha: 9 de diciembre de 2025

Autor: Dr. D. Lance Waldie (Pastor ― Iglesia Bíblica Harvest)

Pasaje bíblico de estudio:  Lucas 1:28 ― [Gabriel] le dijo a [María]: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo.

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COMENTARIOS:

La Vulgata Latina dice: "Ave María, llena de gracia", y es utilizada por los católicos romanos para demostrar que María fue concebida inmaculadamente—que nació sin pecado original. En 1854 el Papa Pío IX dijo: "La Santísima Virgen María fue en el primer momento de su concepción, por un don único de gracia y privilegio de Dios Todopoderoso, en vista de los méritos de Jesucristo, el Redentor de la humanidad, preservada libre de toda mancha del pecado original" (Bula "Ineffabilis Deus"). Se creía que esta proclamación era infalible y, por tanto, debía ser recibida por todos los católicos. Ludwig Ott, un teólogo católico moderno, ha argumentado que Lucas 1:28 revela el nombre propio de María (gr. charitos), que representa su cualidad característica de ser "llena de gracia". Ott dice: "Es perfecta solo si es perfecta no solo de forma intensa sino también extensamente, es decir, si se extiende a lo largo de toda su vida, comenzando con su entrada al mundo”. Así que María, como Dios, estaba libre de pecado (según esa creencia).

Cabe destacar que el Apóstol Pablo utiliza el mismo término que el ángel usó para María, para referirse a todos los creyentes en Efesios 1:6, señalando que todos han pecado (Rom. 3:23). Así que a todos los creyentes se les ha impartido sobre ellos gracia, que es lo que significa el término griego traducido como "favorecida" (lat. "llena de gracia"). Por tanto, no puede existir una verdadera doctrina de la inmaculada concepción. Es una doctrina falsa, una herejía.

Suponiendo por un momento que "favorecida" reflejaba el carácter esencial de María en el momento de la visita angelical, no tiene fundamento llevar eso hasta su nacimiento. ¿Por qué no decir simplemente que la gracia de Dios estuvo en la vida de María desde el momento de su concepción? Después de todo, esto fue cierto para Jeremías (1:5) y Juan el Bautista (Lc. 1:15), pero no existe ninguna doctrina católica sobre su inmaculada concepción. La verdad es que la Biblia nunca enseña que María fue concebida inmaculadamente y que por tanto estaba libre de pecado, pero los católicos usan tradiciones creadas por el hombre para llenar las áreas donde las Escrituras están en silencio. Uno se pregunta por qué los católicos usan las Escrituras si sus tradiciones siempre prevalecen por encima de la doctrina bíblica, incluso una idea añadida en 1854, siglos después de que se cerrara el canon.

Ludwig Ott refleja el dogma católico en su creencia de que la perfección de María proviene de ella estar llena de gracia. Él cree que los defectos morales personales son irreconciliables con su título. Sin embargo, el problema de fondo con la creencia de Ott, y la de todos los demás católicos, es la traducción de la Vulgata Latina, que ni siquiera se refleja en la moderna Biblia Católica Nueva Biblia Americana Católica (NAB, por sus siglas en inglés), que correctamente llama a María "favorecida". Todo lo que Gabriel estaba haciendo era notar lo afortunada que era María en ese momento de ser receptora de una noticia tan maravillosa. Fue la buena noticia que metió a María en el mismo saco que a todos los demás creyentes (cf. Efe. 1:6) en Cristo, que la mantuvo entre los "favorecidos". María fue simplemente agraciada, tanto en tiempo como en función, como portadora del Niño Jesús. Así como no hay nada en la Biblia que enseñe que los "favorecidos de Dios" nunca pecan, tampoco hay nada en el relato de Lucas, ni en ningún otro lugar de las Escrituras, que enseñe que la gracia sobre María le impidiera pecar.

Curiosamente, Ott admite: "[María] misma necesitaba redención, y fue redimida por Cristo”. Esto en sí mismo admite que María era una pecadora en necesidad de redención. Incluso María lo dijo cuando confesó: “mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lucas 1:47). Ahora bien, dado que los salvadores solo son necesarios para quienes necesitan ser salvados, la confesión de María sobre su necesidad de un Salvador apunta a su pecaminosidad—como todos los demás seres humanos, porque "no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Rom. 3:12), y "todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios" (Rom. 3:23). De hecho, si María realmente se creía a sí misma sin pecado, habiendo sido concebida inmaculadamente, uno se pregunta por qué traería al sacerdote judío un animal para ofrecer en sacrificio lo cual reflejaba su condición pecaminosa (Lc. 2:22)—requerido a todos los pecadores (Lev. 12:2). Ciertamente, ella se habría abstenido de hacerlo si realmente fuera sin pecado.

En verdad, María fue "bendita entre las mujeres" (Lc. 1:42), pero incluso Tomás de Aquino dijo que la inmaculada concepción de María era imposible (Summa Theologica 3, 27, 2) ya que ella, como todos los demás seres humanos excepto Cristo, heredó una naturaleza pecaminosa de Adán (cf. Rom. 5:12).

Algo para reflexionar

La virgen María era realmente una persona favorecida, pues dio a luz al Niño Jesús. Pero ella, como todos nosotros, nació en este mundo pecaminoso de padres pecadores que, en última instancia, fueron afectados por el pecado original de Adán y Eva. Si hubiera estado sin pecado, no habría habido necesidad de Jesús de Nazaret, pues María misma podría haber sido la cordera perfecta de Dios. Pero como ella también era pecadora, Dios tuvo que hacerse carne para vivir y morir como el Cordero de Dios—perfecto y sin manchas, capaz de apaciguar la ira de Dios Padre y conceder al hombre un camino para la salvación. Por lo tanto, por medio de Jesús, no de María, el hombre es salvado de sus pecados. María simplemente le dio a luz en carne. Por lo tanto, ella ha de ser honrada como una de las favorecidas de Dios.