Lucas 2:8-14 ― Cristo nuestra paz

Título: Cristo nuestra paz

Fecha: 18 de diciembre de 2025

Autor: Dr. D. Lance Waldie (Pastor ― Iglesia Bíblica Harvest)

Pasaje bíblico de estudio:  Lucas 2:8-14 ― En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. 10 Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; 11 porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. 13 Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: 14 Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace.

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Del nacimiento de Jesús en Belén, la escena se desplaza a los campos abiertos cerca de la ciudad, donde pastores cuidaban a sus rebaños esa noche. Un ángel de Dios sin nombre (¿Gabriel?), con gloria rodeándolo, se apareció a estos pastores y anunció el nacimiento del niño Jesús. Cabe destacar que Dios anunció el evangelio primero a estos marginados de la sociedad, no a la élite religiosa. El ángel no apareció en el Templo de Jerusalén para informar a los líderes religiosos ni a los escribas; más bien, fue a pastores modestos. Aunque el pastoreo era un oficio honesto y necesario en Israel, los pastores, como los recolectores de basurera de hoy en día, no eran venerados. Además, debido a las formas en que los fariseos torcían la ley de Dios a su conveniencia, los pastores eran considerados ceremonialmente impuros, trabajando al aire libre con animales tanto limpios como impuros.

Como siempre, cuando aparece un ángel, ya que su aparición es aparentemente muy aterradora, este tranquiliza a los testigos para que no teman. El ángel trajo "buenas nuevas", que en su forma verbal significa predicar buenas nuevas; sin embargo, como sustantivo, es la palabra de la que deriva "evangelio". Por tanto, en medio de buenas noticias, los pastores no debían temer. Observar aquí que las buenas nuevas eran para "todo el pueblo", pues los judíos creían que Dios solo los amaba a ellos, a pesar de que el Antiguo Testamento enseña que los gentiles también son amados y llamados por Dios (Hos. 2:23; cf. Hechos 15:1-29; 18:10). Resultaba ofensivo para los judíos escuchar que Dios amaba a los gentiles. Sin duda, la buena noticia era para el judío primeramente (Rom. 1:16), pero en última instancia es para todos, como explicó el ángel a los pastores.

En el v. 11, el ángel les dijo a los pastores que el "Salvador" había nacido en Belén, "que es Cristo el Señor”. Por supuesto, Su nombre es Jesús (Mt. 1:21), pero Sus títulos son Emmanuel ("Dios con nosotros"), Cristo (también conocido como Mesías; El Ungido), y Señor—usado para Dios mismo. Aquí el ángel habla claramente de la divinidad de Jesús, un Salvador—alguien que libera. El papel de Jesús como Salvador es la esencia del evangelio, pues Jesús nació para salvar a los pecadores del poder y la pena de su pecado. Por tanto, el Niño de María no es simplemente un bebé que viene al mundo con humildad, sino Dios en carne que llevará los pecados de muchos y será resucitado en gloria, y a quien se le da la autoridad como Señor y Cristo—títulos que también aparecen en los escritos de Pablo sobre Jesús (cf. Flp. 3:20).

Entonces se instruyó a los pastores a que entraran en Belén para buscar al Niño. La señal segura que reconocerían serían los pañales envolviendo a un bebé tendido en un pesebre. Pero antes de que pudieran escabullirse, ¡presenciaron a toda una multitud de ángeles alabando a Dios! Sin duda, esto ya estaba ocurriendo en los cielos, pero Dios abrió sus ojos esa noche para presenciar a la "multitud de los ejércitos celestiales" (cf. 2 Re. 6:17) alabando a Dios—de un extremo al otro del cielo. Diciendo: "Gloria a Dios en las alturas", se referían a los cielos más altos (cf. 19:38), como diciendo "Gloria a Dios que está sentado entronizado en los cielos”. Los ángeles también dijeron: “y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace”. Aunque la RV1960 dice: "buena voluntad para con los hombres", esto no es exacto. La "paz" es una referencia a la plenitud de bendición que Jesucristo aporta a Sus escogidos. Está esencialmente hablando de salvación (cf. Hch. 10:36), una paz que se posa sobre aquellos a quienes Dios ha elegido en Cristo para salvación (cf. Efe. 1:3-14).