Mateo 2:1 ― La llegada de los magos

Título: La llegada de los magos

Fecha: 22 de diciembre de 2025

Autor: Dr. D. Lance Waldie (Pastor ― Iglesia Bíblica Harvest)

Pasaje bíblico de estudio:  Mateo 2:1 ― Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén...

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Algún tiempo después de los acontecimientos de Lucas 2:21-38, después de que María completara sus ritos de purificación relacionados con el parto, ella y José se establecieron en Belén antes de que "unos magos del oriente llegaron a Jerusalén". Aunque abundan las leyendas sobre su identidad, la Biblia ni siquiera revela cuántos eran, y mucho menos sus nombres. La idea de que son tres viene de sus tres regalos.

Los magos (algunas versiones dicen "hombres sabios") aparecen en el Antiguo Testamento y también en los escritos de Heródoto (484-425 a. C.) y en otros. Estuvieron en Babilonia como parte de un grupo de consejeros de Nabucodonosor II (612-562 a. C.). Su influencia más tarde se extendió al Imperio Medo-Persa, y existieron tanto en el imperio griego como en el romano hasta el tiempo en que Cristo nació. Durante ese tiempo, se convirtieron en una tribu de pueblos del oriente. Más tarde pasaron a formar parte de Partia (actual Irán).

Hábiles en astronomía, y como observadores e intérpretes de las estrellas, los magos eran conocidos como astrólogos, incluso hechiceros. Obtuvieron un considerable poder político a través de sus interpretaciones astrológicas, y ascendieron a lugares de prominencia. Como consejeros de reyes, eran conocidos como sabios. Tenían fama de ser expertos en matemáticas, historia natural, agricultura, y arquitectura. Su sabiduría se llamaba la ley de los medos y los persas (Dan. 6:8,12,15), y nada de lo que decretaran podía ser revocado si el rey aceptaba su consejo (cf. Ester 1:19; Dan. 6:8). De hecho, ningún persa podía ser rey hasta que primero dominara disciplinas científicas y religiosas, y luego fuera aprobado por los magos. Como resultado, los magos no solo eran los maestros de toda la nobleza del Oriente, sino que también eran conocidos como "hacedores de reyes".

Desde el año 605 a. C., cuando el primer grupo de exiliados judíos fue llevado a Babilonia por Nabucodonosor, estos magos existían en la corte del rey (cf. Jer. 39:3, 13; Dan. 2:10; 4:7). Al ser capturado en Babilonia, Daniel fue uno de los pocos jóvenes judíos que fueron formados por los babilonios en su literatura para estar entre los magos (Dan. 1:4). Con la guía de Dios, algunos de estos judíos impresionaron tanto a Nabucodonosor que los nombró gobernadores de Babilonia (2:49). La habilidad dada por Dios a Daniel para interpretar los sueños de Nabucodonosor, hizo que fuera nombrado jefe de los magos (Dan. 2:48; 5:11).

A medida que Babilonia dio paso a los medos y persas, y a medida que los persas dieron paso a los griegos, que a su vez sucumbieron ante los romanos, los magos, sin la guía de Daniel, se corrompieron. A pesar de ello, la influencia de Daniel continuó dentro de este poderoso grupo. Dado que no cabe duda de que él usó su influencia entre los magos tanto en el imperio babilónico como en el medo-persa (605 a. C. a 535 a. C.), las enseñanzas de Daniel basadas en las Escrituras hebreas influyeron en esos reinos hasta el nacimiento de Cristo. ¿De qué otra manera iban a saber los magos del oriente que debían ir a Judea en busca del rey? Aunque las enseñanzas de Daniel fueron ignoradas más tarde por la mayoría, como toda la historia del judaísmo y el cristianismo, un remanente de verdaderos magos a imagen de Daniel evidentemente sobrevivió en cada generación sucesiva hasta el nacimiento de ese Rey, Jesús de Nazaret.

Claramente, Dios dirigió el cautiverio de Daniel en Babilonia. Porque hizo de Daniel un gran profeta hebreo que gobernaría sobre los magos en el 600 a. C., para que un día, cuando Cristo naciera en Belén, algunos magos encontraran el camino hacia Él y testificaran que Él era el Rey prometido.

Algo para reflexionar

El Nuevo Testamento es una extensión de la Antiguo Testamento. Cuando el Nuevo Testamento comienza en el Evangelio de Mateo, hay 2000 años de historia—desde Abraham hasta María—que ponen la vida de Cristo en mayor protagonismo. Profetas como Miqueas, Daniel, Jeremías, Ezequiel, Esdras, y Malaquías, profetizan sobre lo que sucederá a partir de Mateo. ¡Así que lee el Antiguo Testamento! Es una colección de libros inspirados por Dios, y hablan de las grandes maravillas de Dios, Su plan para la eternidad, Sus obras, y Su pueblo. Nos privamos de una verdadera bendición cuando dejamos de leer la palabra de Dios, la Biblia. Por eso, deja de privarte de ella, y léela hoy mismo. Luego léela todos los días de ahí en adelante por el resto de tu vida en esta tierra. Te lo llevarás a la eternidad. Es lo único que nos llevaremos con nosotros.