Nuestro servicio racional a Dios
Romanos 12:1: Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. (NVI)
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La frase
"adoración espiritual" en la NVI se traduce así en otras traducciones
en inglés y español como en la RVR. La LBLA, entre otras, sin embargo, traducen
la frase como "servicio razonable". Las traducciones bíblicas en
inglés de Young y de Darby, lo traducen como "culto racional". La palabra en cuestión es el término griego logikos,
usado sólo dos veces en el Nuevo Testamento. Los estoicos griegos enfatizaban
que, dado que Dios y el hombre solo tenían "raciocinio" (gr. logos)
en común entre sí, entonces logikos era la adoración racional/razonable
del hombre a los dioses. Ellos contrastaban este culto/servicio racional con el
culto supersticioso tan prevalente en la mitología griega. Más tarde, los
judíos helenísticos usaron el término en referencia a la actitud espiritual que
creían que era necesaria para los sacrificios hechos a Dios—una actitud que
trascendía el simple acto del sacrificio. El filósofo estoico Epicteto (55 – 135
d. C.) dijo: "Si yo fuera un ruiseñor, haría lo que es propio de un
ruiseñor; si yo fuera un cisne, haría lo que es propio de un cisne. De hecho,
soy logikos, así que debo alabar a Dios". Él veía el resultado racional de su vida como
adoración a Dios.
El Léxico
Analítico del Nuevo Testamento Griego enumera ambos significados: (1) racional,
razonable, perteneciente a la naturaleza real de algo; o (2) como perteneciente
a la esfera de la mente y el espíritu, espiritual. Ambos significados encajan en el contexto de
Pablo, porque a la luz de las misericordias de Dios, es razonable y espiritual
que los cristianos se ofrezcan a Él como sacrificios vivos, santos, y
aceptables. Esto se entiende como ese servicio a Dios que implica una
meditación inteligente basada en el conocimiento revelado de Dios. Al decir esto, Pablo está contrastando la
adoración ceremonial del Antiguo Testamento a través de sacrificios de animales,
con la adoración cristiana, que es espiritual, en el sentido de que los
cristianos se ofrecen a Dios como adoración física y espiritual. La adoración nunca debe ser relegada al
domingo por la mañana, al canto, o al ofrendar; más bien, es un vivir momento a
momento para Dios.
Ahora, cuando
Pedro usa logikos en 1 Pedro 2:2 ("desead como niños recién
nacidos, la leche pura de la palabra"), no quiere decir "leche
razonable". Si leche es literal,
entonces "leche razonable" es absurdo. "Logos" (en español:
palabra), de la que se deriva logikos, se refiere a la inteligencia de
Dios, o razón, expresada en el habla humana (cf. Jn. 1:1, 14). Así que, entendiendo logos como la palabra de
Dios, logikos gála ("palabra... leche") de Pedro se refiere a
la leche de la palabra de Dios—la Escritura. Por lo tanto, las Escrituras
proporcionan alimento espiritual de la misma manera que la leche literal
proporciona alimento físico. Por supuesto, Pedro también añade "pura"
como adjetivo a esta leche espiritual, lo que significa que es pura sólo cuando
no está mezclada con el error humano. Solo entonces logikos es realmente
nutritivo para la vida de uno.
La verdadera
adoración a Dios es, por lo tanto, una adoración espiritual e interna de Él,
que involucra la mente y el corazón, contrario a los rituales religiosos.
Además, es espiritual y racional en el sentido de que es apropiada para los
seres humanos que son seres racionales y espirituales creados por Dios. Es
racional en el sentido de que tiene sentido, en contraste con la adoración
irracional de Dios a través de animales muertos. Pero más apropiadamente, en
este contexto, la adoración es razonable/racional en el sentido de que se
ajusta a las circunstancias para aquellos que verdaderamente entienden las
misericordias de Dios, las cuales son dadas libremente a través de la fe en
Cristo aparte de las obras.
Algo para
reflexionar
En la actualidad, los cristianos poseen "todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento...” habiendo “sido hechos completos" (Col. 2:3, 10; cf. Efe. 1:3), y teniendo todo lo concerniente para vivir con devoción (2 Ped. 1:3). Además, tenemos al Espíritu Santo que nos enseña todas las cosas (1 Jn. 2:27). Por lo tanto, la verdadera felicidad no es algo que se debe buscar, o algo que resulta de tratar de obtener más de Dios. La verdadera felicidad proviene de devolverle a Dios lo que Él nos ha dado tan misericordiosamente. Esta es nuestra manera razonable, lógica, y espiritual de adorar a Dios en vista de Sus misericordias hacia nosotros. Trata de retribuir a Dios hoy y todos los días, en tu búsqueda de adorarlo a diario.